marzo 04, 2009

Marquesado de la Obsidiana



Las envidias sobre el MuAC
 
Manuel Zavala y Alonso

Los arquitectos alegan que rompe con el paisaje, con la línea de los edificios circundantes, que es brutalista, que aplasta al visitante; y que las obras ahí expuestas se ven irrisoriamente pequeñas... La gente de museos argumenta que hay demasiadas instituciones en estado de abandono como para invertir en un elefante blanco –apelativo con el que califican al Museo Universitario de Arte Contemporáneo–; y qué la propuesta museística sólo privilegia una tendencia; amén de que es mucho edificio para tan poca colección… Los curadores se quejan de que no fueron tomados en cuenta para tan significativo proyecto, que sus criterios debieron de ser escuchados; y en una sorda gritería de tertulia pagana, se solazan criticando hasta la saciedad lo mostrado en la inauguración del recinto… Los artistas lamentan que no están en la colección, y mucho menos en la muestra inaugural; se dicen soslayados, ninguneados y aseveran que el museo está cojo sin su presencia.

 
MuAC, Museo Universitario de Arte Contemporáneo. Foto: Manuel Zavala y Alonso, 2008.
 
La realidad es que el Museo Universitario de Arte Contemporáneo MuAC, es un gran proyecto que levanta envidias por parte de aquellos que no estuvieron involucrados en su proceso de creación o exhibidos en sus salas recién inauguradas. La envidia en México es parte de la sangre que corre por nuestras venas; el éxito ajeno es algo imperdonable en este país maravilloso y eso es algo de lo que no está exento nuestro ámbito cultural.
 
Así las cosas, detrás de esas envidias está el reconocimiento tácito de que el MuAC es otro de los grandes proyectos de la Universidad Nacional Autónoma de México que marcará pautas dentro de la museística y coleccionismo estatal, sin dejar de mencionar que es un viento sano para las líneas curatoriales que se trazan en estos tiempos en México.
 
MuAC, integración al paisaje. Foto: Manuel Zavala y Alonso, 2008.
 
Vayamos por partes… La arquitectura es de líneas finas, minimalistas y que en nada rompe el paisaje, ya que su altura, trasparencia desde la lejanía, ligereza y perfil, apenas sobresalen de la línea del horizonte sin evidenciar el tamaño de la edificación –a diferencia de los volúmenes pesados de concreto de los edificios del propio cultisur. El hecho de que la mayor parte del edificio esté prácticamente bajo tierra –aprovechando y resaltando las irregularidades del suelo volcánico– hace que el volumen principal del edificio se atenúe en la visual del paisaje. Baste ver la volumetría de la Sala Nezahualcóyotl, de la Biblioteca Nacional, o del fallidísimo edificio del IISUE –que tratando de aparentar la misma línea arquitectónica de los edificios originales del centro cultural universitario, es un edificio simplemente feo; y que por altura y localización, sí rompe con el paisaje– para testificar lo que sí es una arquitectura de difícil convivencia con el entorno.
 
MuAC, terraza para la reflexión. Foto: Manuel Zavala y Alonso, 2009.
 
MuAC, aprovechamiento del terreno volcánico.
Foto: Manuel Zavala y Alonso, 2008.
 
Los espacios de exhibición son neutros, por lo que ayudan en mucho a resaltar las obras ahí exhibidas; si en la primera sala no es del todo afortunada la museografía, no significa que a las restantes no se les haya sacado provecho. Pero además, el planteamiento arquitectónico del proyecto ayuda a los visitantes a realizar un buen recorrido por todas las salas del museo, sin menoscabo de ningún espacio y sin direccionar de manera unidireccional al visitante; teniendo además espacios para el descanso y la reflexión, como es el caso de la afortunada terraza que da hacia la plaza, o bien los patios interiores que además contienen piezas espléndidas como la de Kyoto Ota. Las alturas, iluminación y recursos para el montaje de exposiciones, son más que adecuados y versátiles para un museo de arte contemporáneo.
 
MuAC, inauguración. Foto: Manuel Zavala y Alonso, 2008.
 
Finalmente, en la ciudad de México, tenemos un museo en el que tanto su arquitectura y sus salas de exhibición, como sus recursos de bodega, taller de restauración y sus posibilidades de montaje estuvieron pensados desde un principio –y no como ha sido a lo largo de treinta años, en los cuales todos los museos creados en la urbe siempre se apropiaron de edificios ya existentes y que fueron “adecuados” para tal fin.
 
Quizá el tema más espinoso del MuAC es su colección y lo que exhibe por primera vez. El museo abre con la cascada de espermatozoides de Marta Palau; una obra significativa en la trayectoria de la artista, pero no la mejor de ella. Palau, junto con otra artista de enorme estatura –Helen Escobedo–, han sido presentadas recientemente en recintos universitarios con piezas añejas de su creación; tal parece que los curadores sugirieran que la obra creada por ellas en fechas recientes no tiene los rasgos de contemporaneidad que otros creadores manifiestan. El día de la inauguración del MuAC, la obra de Helen Escobedo estaba en el sótano, pegada a un ventanal, que la hacía aparecer como escondida y poco relevante; hoy, no se ve por ninguna sala del museo, siendo que es una obra importante la de la artista.
 
Están presentes también, en la primera parte del recorrido, obras de Marcos Kurtycz, Juan Francisco Elso, Jan Hendrix, y otros más de gran talento; aunque sí se añora la presencia de otros artistas, como es el caso de Gerardo Suter o el “Pajaro” Gabriel Orozco, así como otros importantes en el panorama de México y el mundo. Lo que sí es evidente, es el sesgo antipintura que hay en la colección. Aunque esto caracteriza al grupo de curadores e ideólogos que están en y alrededor del MuAC, a la pintura no se le puede soslayar del quehacer contemporáneo.
 
MuAC, obra de Juan Francisco Elso.
Foto: Manuel Zavala y Alonso, 2008.
 
MuAC, espacios de proyección. Foto: Manuel Zavala y Alonso, 2009.
 
En todo museo se puede caer en prácticas sesgadas para privilegiar artistas, tendencias y mercados –baste recordar el triste caso del Museo de Arte Moderno hace algunos años–, pero no puede ser la política de un gran proyecto como lo es el MuAC. De principio, por el propio objetivo de crear un espacio para las tendencias más actuales del arte, la institución deberá de ser incluyente con todas las tendencias de la creación contemporánea. Seguramente, por ser la primera muestra, y por tener la intención de presentar lo más contemporáneo es que se soslayó a la pintura, pero estamos seguros que el MuAC no caerá en políticas exclusivistas ni mafiosas.
 
MuAC, el artista visual Ricardo Guzmán iluminado por el arte
contemporáneo. Foto: Manuel Zavala y Alonso, 2009.
 
Los núcleos temáticos de las muestras inaugurales están muy bien resueltos; la construcción del discurso conceptual de cada sala fue estructurada con contundencia por las obras ahí reunidas. Nada puede haber de queja, salvo por parte de los artistas no incluidos, y que por envidia natural, son los principales críticos de lo exhibido. Una de las salas más relevantes en esta primera etapa del MuAC, es la de fotografía; su tema y la manera en la que está resuelta tanto curatorial como museográficamente, la hacen de lo más valioso del museo. Conviven imágenes consagradas por la historia de grandes fotógrafos, con otras de autores poco conocidos e incluso anónimos. La brutal realidad de la violencia es reflejada en esta sala del Museo con tal precisión que seguramente pasará a la historia de los museos en México. Palmas a José Luis Barrios por la curaduría.
 
MuAC, Asedio, brillante curaduría. Foto: Manuel Zavala y Alonso, 2009.
 
Otras salas y piezas sobresalen en el MuAC, como es el caso del Espacio Experimental de Construcción de Sentido y la sala de Experimentación Sonora, entre otras. Tal es también el caso de la obra de Miguel Ventura y sus Cantos Cívicos: aún cuando existe la advertencia de que no es una apología al nazismo, su ironía es tan sutil que mantiene una ambigüedad tácita en su mensaje, y crea en el espectador una impresión que se bambolea entre el rechazo, la franca irritación o el desdén absoluto.
 
MuAC, Cantos cívicos, ambigüedad en el concepto.
Foto: Manuel Zavala y Alonso, 2008.
 
Algo que es digno de subrayar, es la cantidad de público que tiene el MuAC. Desde su inauguración, las colas para entrar son verdaderamente impresionantes, sólo comparables con las exposiciones de gran cartel que se presentan en el Palacio de Bellas Artes, Museo Nacional de Arte, Museo Nacional de Historia, Museo de Antropología, o San Ildefonso. Es grato ver el interés que tiene la gente por visitar un museo de arte contemporáneo, signo de que el público está ávido de ver lo que sucede en ese campo del arte.
 
Filas para entrar al MuAC. Foto: Manuel Zavala y Alonso, 2009.
 
El Museo Universitario de Arte Contemporáneo, MuAC, sin duda es un parteaguas en la museística de México. Su valor se irá aquilatando con el tiempo conforme vaya desarrollando su programa de exposiciones y actividades; y sus detractores, que opinan en la oscuridad de la complicidad para no parecer políticamente incorrectos, verán que la vocación del recinto –tal como la de la propia UNAM– es punta de lanza en todos los sentidos.

7 comentarios:

  1. El MUAC me pareció un espacio cultural magnífico, obviamente levanta controversia el costo de la edificación, que asciende a más de 200 millones de pesos, y es que buena parte se debió a ciertos caprichos como la gran excavación que se tuvo que realizar para su construcción. Pero no cabe duda que el costo que tuvo este museo fue el adecuado para crear un espacio de nivel mundial. Buena parte de lo que está detrás de este museo no nos lo mencionan, como el elevador que tienen, el sistema de aire condicionado tan especial que tienen, o hasta el buen restaurante que hospeda pero pues simplemente eso sucede de este modo porque nadie pregunta, o porque a nadie le importa; pero son cuestiones que permiten que este museo cumpla con todas las regulaciones necesarias para recibir CUALQUIER OBRA DEL MUNDO. Espacios culturales seudogratuitos son realmente necesarios en esta ciudad, en donde si quieres caminar tienes pocas opciones...me parece magnífico el espacio en que está construído, porque SÍ, rompe con la arquitectura de su entorno, pero 1. Era necesario dado la naturaleza de su función 2. Debemos comenzar a pensar que México tiene que avanzar, tiene que estar al nivel de los mejores países en todos los aspectos, tenemos todo y no podemos detenernos. Siento gran tristeza por las malas críticas, pues aunque sí es una buena cantidad la que fue dirigida a este proyecto, no representa ni el 5% del presupuesto de la UNAM; y además de que siempre existen críticas para todo, en lugar de aceptar lo hermoso que resulta este museo y dar el paso adelante, les encanta dar sus malos comentarios para algo que de todos modos ya está construido y que dio un excelente resultado. Ojalá y nunca permitan que las malas críticas los detengan.
    Atte. Diego Cadena

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  2. Después de visitar el MUAC quedé convencida de que es un gran museo ya que está a la altura de muchos museos alrededor del mundo y a pesar de que es tan criticado por su costo ha valido la pena. Considero que es un museo el cual fue hecho minuciosamente ya que desde el piso que ponen hasta las instalaciones de luz o la estructura para que pueda tener iluminación están perfectamente adecuadas para dicho museo.
    Algo que me llamó realmente la atención es que el MUAC no sólo es visitado por personas mayores sino por jóvenes y niños, una tarea muy importante que están realizando es crear desde la niñez la cultura del arte.
    Ojalá todos nosotros recomendemos el MUAC ya que es una muy buena experiencia y sobre todo enriquecedora.
    Att: Danae Mercado

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  3. Acabo de ir a visitar el museo y la verdad es que me asombro muchísimo la arquitectura que tiene, sin embargo creo que el dinero invertido en la edificación de este museo pudo haber sido invertido en muchas otras cosas más importantes. No creo que en este momento sean realmente necesarios este tipo de inversiones pues el país no esta en condiciones de gastar en este tipo de cosas. Si bien el museo tiene las capacidades de albergar casi cualquier obra, también es cierto que por el tiempo que tiene de vida aún no se puede comparar con un MoMa (NY) o con un TATE (Inglaterra).

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  4. Me parece que la idea del Sr. Teodoro Gonzalez de Leon era esa, crear un contraste dentro del recinto universitario, que además de albergar una cantidad importante de arte pudiera comunicar y al mismo tiempo generar de cierta manera una atracción hacia este.
    Después de haberlo visitado me parece que este museo esta a la altura de los mejores museos del mundo.

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  5. Visitar el MUAC fue una experiencia difrente, ya que se tiene contacto con obras realmente impresionantes con cualidades especiales, diganas del arte contemporáneo. Los espacios son difrentes y dan apertura para exhibir algunas obras que incluyen sonido y luz, que permiten que los visitantes nos involucremos en lo que el artista trató de tansmitir. Es una excelente oportunidad de hacer que cada vez más personas se acerquen al arte realizando actividades difrentes que cambien la rutina de un día común.Por ello es que siento que a pesar de haber sido tan criticado, el MUAC es una gran propuesta en museos y sobre todo siento que será un museo muy explotado. Lo esencial es no perder la capacidad de asombro y conocer más sobre las propuestas culturales con las que cuenta la cuidad.
    Atte: Katia Ríos

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  6. El MUAC es uno de los mejores museos a los cuales he ido, me gusto el concepto qyue toene todo cuidado desde la luz que van para las diferentes exposiciones y las obras que tienen, donde hay un significado profundo y muy humano. Me gusta que haya cosas así para poder salir de la rutina y que se estén implementando nuevas cosas para incrementar la cultura en los mexicanos y en especial los niños. Fue im´presionante ver lo lleno que estaba y da gusto la verdad, ya que así de deberían estar todos los muesos y no solo turistas sino mexicanos también.

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  7. Considero que el MUAC es un proyecto que necesitaba CU, lo que representa en el arte en la ciudad es importante, ya que involucra más a la sociedad. Por otro lado, su estructura, puede ser diferente al resto de las construcciones del centro cultural universitario, sin embargo, es un museo de arte contemporáneo y debía reflejarlo desde el exterior. Por otro lado, se debería comprender, que el museo es relativamente nuevo, y que su acervo está en crecimiento, al tiempo que la obra que tiene es interesante, no tiene nada que perderle a museos del reconocimiento del MoMA en este aspecto, puede no tener un Andy Warhol, o un Picasso, pero eso no quiere decir que las obras no sean tan buenas como esas.

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