DOMINGO, MARZO 01, 2009
Nosferatu
Los vampiros, el lobo feroz, los melancólicos, los murciélagos y los lobos; todos miembros de la misma especie, seres de pasiones nocturnas. Temerosos de la luz, del día, ellos afirmarían junto con mi amigo Evelio: "the clarity is overrated". Hoy vi Nosferatu de Werner Herzog (en el ciclo que el centro Pompidou le dedica al autor). Metáfora de la República de Weimar donde el reino del maestro de las ratas conquista la ciudad de las luces, donde el único prejuicio que queda, aparentemente, es la razón. Jonathan viaja a Transilvania para hacer negocios con Nosferatu, una transacción, venta de una propiedad en ruinas, ¡la trama se inviste en una economía libidinal!. El primer encuentro es una cena en la intimidad de los instintos sexuales, el bufet excesivo, la gallinita kitch, Kinski encarnando al vampiro con uñas de plástico. El reloj "coucu" de la muerte da la hora. Jonathan está encerrado en el castillo: enorme aposento decorado de inconsciente y papel tapiz tanático. La película ya la habrán visto y sino véanla. Nosferatus emprende el viaje hacia Wismar-Weimar con su horda de ratas pestilentas que se van a colar en un orden liminar de la impecable ciudad donde la razón ilustrada se impone y el médico es la autoridad moral, episteme y praxis concentradas en el legislador de Platón. Nosferatu viaja en ataúd, el capitán atado al timón llega muerto a puerto, desembarca el derrumbamiento de la ciudad donde ya nadie lee cuentos de vampiros ni escritos de Lacan (que yo debería estar leyendo ahora para mi seminario, en vez de escribir en el blog). Hordas de ratas por las calles, se hace de noche en Wismar. Dionisio ataca a Apolo, carnaval, los becerros corren por el centro entre la Iglesia y la Alcaldía, uno se monta en uno de ellos, bacanal. Sólo la mujer y los gitanos entienden, el loco celebra al señor de las ratas, er ist der Führer, el loco encierra al cuerdo que encierra al loco de risa nerviosa que grita con furor y come moscas. Nosferatu se aparece como sombra, ella lo enfrenta, le dice que la muerte nos circunda y que a ella pertenecemos, con fe, se entrega - y esa escena donde el vampiro la muerde es genial, es casi pornográfica. El agregado cómico a las historias de vampiros de Herzog, es que en su versión el médico pretende que él mató a Nosferatus con la hoz y el martillo, por lo cual será encarcelado, dejando el espacio libre - una vez que la sirvienta limpia la frontera de hostia, para un nuevo vampiro, un maestro de Alemania. ¿Será que hombre de negocios ilustrado, tenía desde el viaje con música de Wagner, hambre del anillo y deseo del ultramundo de las ratas?
Trivia: A qué instalación, últimamente criticada por los liberales mexicanos, no estoy haciendo explícitamente mención...
Respuesta: En este blog donde han incluido algunas de mis entradas. Muchas gracias.
En México también tenemos nuestras especies de murciélagos y vampiros, Mochaorejas y chupacabras. Ahora bien, si Weimar se ha convertido en una metáfora de un ambiente político, piensen en un presidente que hace una guerra contra el narcotráfico, el kitch de los narcos, los liberales mexicanos que quieren que la historia se ordene en cajoncitos, el derrumbe del capitalismo, la inseguridad como modus vivendi; imagínenlos como un CHOQUE DE FUERZAS.
En México también tenemos nuestras especies de murciélagos y vampiros, Mochaorejas y chupacabras. Ahora bien, si Weimar se ha convertido en una metáfora de un ambiente político, piensen en un presidente que hace una guerra contra el narcotráfico, el kitch de los narcos, los liberales mexicanos que quieren que la historia se ordene en cajoncitos, el derrumbe del capitalismo, la inseguridad como modus vivendi; imagínenlos como un CHOQUE DE FUERZAS.
Tuve la oportunidad de ver Nosferatu de Murnau en la cineteca nacional con música en vivo, gracias al FICCO (Festival Internacional de Cine Contemporaneo). La experiencia fue inolvidable, nunca la habia visto y jamás había vivido una experiencia tan placentera como fue el ver una película muda con piano en vivo.
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