marzo 31, 2009

CONTEMPLANDO. Lizeth Vázquez

http://contemplandoartecontemporaneo.blogspot.com/2009/03/cantos-civicos-crea-polemica-en-el-muac.html


LUNES 30 DE MARZO DE 2009

"Cantos cívicos" crea polémica en el MUAC

Treinta ratas vivas, animales disecados, fotografías tanto de soldados nazis como de políticosmexicanos y esvásticas combinadas con el signo de dólar son tan sólo algunos de los elementos que utiliza Miguel Ventura en “Cantos Cívicos”. La exposición temporal se presenta desde el 26 de noviembre de 2008 en el Museo Universitario de Arte Contemporáneo de la UNAM. La exposición ha dado mucho de qué hablar, incluso antes de que se abriera al público, autoridades de la UNAM dudaron si la universidad, así como la ciudad de México, estaban listos para presenciar un montaje tan diferente.

Entre críticos de arte, escritores, periodistas y el público en general se han encontrado a los mayores detractores de la obra de Ventura. El escritor Enrique Krauze publicó el pasado 8 de febrero en 
Reforma:“La obra es tan pretenciosa y autorreferencial, tan complacida de su supuesta y delirante lucidez, que no alcanza a darse cuenta de los inmensos equívocos que propaga”. Por su parte, la investigadora y profesora de Ciencia Política, Soledad Loaeza se refiere a la obra como “una exhibición de insensibilidad e ignorancia que no debería tener lugar en un espacio universitario…”

Ante estos comentarios, el pasado 25 de marzo se llevó a cabo una mesa redonda en el MuAC en la que participaron el artista Miguel Ventura junto con curadores y críticos como Lourdes Morales y Cuauhtémoc Medina. Lourdes Morales afirma que: “parece ser, que el problema en esta obra es que se ha atrevido a romper no uno, sino varios pactos sobre los que está fundado el sistema de representación hegemónico”.

Sobre las opiniones de que el autor comete un grave error al no hacer referencia al holocausto, Morales opina: “el nazismo no se complementa con el Holocausto, no es una dupla simbiótica. Para un estudio crítico sobre el nazismo habría que mencionar mucho más que el Holocausto. De acuerdo con algunos, toda aproximación debería comprender un estudio del III Reich, del triunvirato de Moeller van der Bruck, es decir, lo que Miriam Jerade llamaba la pre-historia del nacional-socialismo”.

Asimismo, deja claro que la función del arte no es ser un ensayo académico. “Cuando se exige que la esvástica deba mencionar el Holocausto, es decir, cuando a un símbolo se le atribuye la carga moral de ser indisociable de un evento histórico, el símbolo es tomado como si fuese poseedor de un valor de verdad determinado”, afirma Morales.

Ante estas respuestas queda claro que “Cantos Cívicos” ha causado múltiples reacciones. De hecho, ante toda esta polémica se ha creado el blog “Cantos cívicos” (http://cantoscivicos.blogspot.com/) un espacio para dialogar sobre la exposición.

marzo 30, 2009

IDEOLATRAS. Lucía Landa Jiménez



29 Marzo 2009

Cantos Cívicos

Archivado en: Actualizaciones — ideolatras @ 19:55

México D. F., 28 de marzo de 2009

UNAM MUAC “CANTOS CÍVICOS”

En el recinto del Museo Universitario de Arte Contemporáneo se presentó la conclusión de la instalación multimedia y performance “Cantos Cívicos” del autor Miguel Ventura. La obra comprende una serie de imágenes, símbolos, signos e íconos que hacen referencia a los regímenes y movimientos totalitarios.

Hace tres meses que se inauguró la instalación y a partir de ese momento se comenzaron a entrenar a cientos de ratas, en un bioterio construido dentro de la instalación, para que llegado este momento se sacaran a una especie de laberinto y comenzaran los Cantos Cívicos.

Los cantos se colocaron fuera de la instalación de tal manera que la gente podía estar entrando y saliendo de la obra y ver tanto los coros como la orquesta que tocaba. Todo esto según el autor, lo hizo para que la gente tuviera una visión de cómo el gobierno Nazi pudo llegar a controlar a todo un pueblo, el pueblo evidentemente reflejado en las ratas que estuvieron bajo entrenamiento y manipulación durante algunos meses.

La pieza está saturada de imágenes, fotografías, animales disecados, colores, texturas e infinidad de símbolos que reflejan la sociedad actual y el papel de las instituciones y de los grupos de opinión. Así mismo es una crítica al sistema capitalista que a pesar de tener bases de igualdad, fraternidad y libertad, es igual o hasta más opresora que una dictadura.

Finalmente todo concluyó con éxito ya que las ratas, la orquesta, los coros y la gente lograron el objetivo de formar parte de una visión muy particular del mundo, entendido por Miguel Ventura.

Juan de Nieves

A piece of shit (revisited) 
 

Muchas de las adversas reacciones que se han desatado a partir del proyecto Cantos Cívicos* ponen de manifiesto algunos de los prejuicios más comunes a la hora de leer o interpretar gran parte de las propuestas que circulan en el ámbito de las prácticas artísticas contemporáneas. Para estas voces críticas al arte le restan tan sólo dos salidas posibles: la apuesta por la belleza entendida como fundamento universal e inamovible, o bien su utilidad como aparato de denuncia explicito, lineal y unívoco. Craso error en el primero de los casos, pues de un plumazo se elimina la perspectiva cultural a partir de la cual ha de leerse cualquier manifestación artística; y apreciación, cuando menos limitada, en el segundo supuesto ya que entiende el arte como mero instrumento al servicio de las ideologías de cualquier signo. 

Sin querer analizar ahora ciertos comentarios desorbitados sobre la pertinencia del proyecto desde un punto de vista ético, Cantos Cívicos ha sido leído por estas voces críticas como un manual de historia incompleto y carente de rigor. Pero también como una obra que atenta contra el buen gusto, contra la idea de factura o destreza que se le supone a cualquier artista valedor de tal apelativo. Indigna, en suma, de alojarse en las nobles salas de la institución museística.  

Desde estas perspectivas, el artista, Miguel Ventura, ha manejado “incorrecta e irresponsablemente” algunos de los conceptos que ningún investigador que se precie debería olvidar. Es decir, la defensa de una tesis que ha de apoyarse en una metodología rigurosa y fundamentada en datos empíricos y probados, sin dejar resquicio alguno a valoraciones subjetivas o a conclusiones inexactas desde el punto de vista académico.  

¡Pobre lugar el que desde criterios tan estrictos se asigna al arte! Exigencias equiparables a las de pretender que la poesía -por citar un territorio especialmente apreciado por la intelectualidad académica- no pudiera echar mano de todo tipo de licencias y derivas con el único propósito de ser, justamente, poesía. Sin embargo, a Miguel Ventura no se le perdona ejercer su derecho y su necesidad de saltarse la métrica, de dejar espacios vacíos entre líneas (¿demasiado llenos en el caso que nos ocupa?) o de hablar a medias cuando así lo desee y pronunciarse categóricamente a renglón seguido. 

El arte “plástico” -como así gustan llamarlo los hombres de letras- ha de andarse con cuidado de no traspasar los límites formales que el (su) sentido común aconseja, pero mucho menos de merodear por los márgenes de la subjetividad. Así, el artista, dotado de esa especial sensibilidad que lo hace diferente del resto de los mortales, ha de emprender el camino recto de las verdades universales. Todo lo que vaya en otra dirección es, según se nos dice, a piece of shit. Brillante calificativo con el que no puedo estar más de acuerdo. 

Así las cosas, Cantos Cívicos despierta semejante repulsión no tanto por las evidencias de sus controvertidos símbolos e imágenes. Los detractores saben bien que la deconstrucción a la que unos y otras son sometidas no deja resquicio alguno a la duda. No; es más bien una cierta idea de orden la que se ve amenazada. Y el museo, traidor a sus fundamentos sagrados -clasificar, ordenar, educar- no es más que el cómplice de tal barbarie. ¿Qué pueden pensar los jóvenes preparatorianos ante el caos desplegado por  Cantos Cívicos en la casa del conocimiento? ¿Seguirán ahora sus tiernos espíritus hablando a través de la raza? 
 

Juan de Nieves

Curador del proyecto “Cantos Cívicos” 

Dr Ignacio Prado


EMERGENCIAS BARROCAS. EL CURIOSO CASO DE EL DR ATL Y MR VENTURA 

Emergencia en el país de nunca jamás, no es la guerra del narco ni la guerra comercial con USA, es el inicio de una guerra cultural que ojalá tenga los efectos de la que estalló en Estados Unidos con el caso Mapplethorpe vs Helms en la década de los 80 y no tengamos que regresar al aquí nunca jamás. Van a permitir tomarme la licencia poética de bajarme de las altas cumbres nietzscheanas de la academia, de la teoría , la crítica y la Historia del arte para bajarme a las calles de MEXICO  ejerciendo de flaneur situacionista bajo la protección de Guy DEBORD que este en los cielos y se ríe de todos nosotros perdidos como Jacques Tati en el tráfico caosmotico de esta ciudad del espectáculo. Vayamos al campo de la sociologia  que tanta falta hace que contamine los estudios de estética en este país.

Me van a permitir citar a novelistas, historiadores, supuestos críticos de arte, cineastas, filósofos, actores, pintores y personajes de la alta sociedad sin jerarquías ni orden establecido tal come se nos aparecen en las espumas de la red para realizar al modo de las “Esferas” de Sloterdijk una critica de la razón cínica de tres objetos –obuses culturales que han estallado en esta ciudad de México este mes de Febrero del 2009 , Estas son tres exposiciones que azarosamente coinciden en este tiempo y lugar para goce y reivindicación de todos los que hacemos pensamiento critico transdisciplinario, para el goce visual de cientos de miles de CIUDADANOS de este país en su libre ejercicio cívico de espectadores. “Cantos Cívicos”  del ciudadano de muchas urbes Miguel Ventura en el MUAC, “Una serie de microfascismos consecutivos y sin fin” de varios ciudadanos del DF en el MUCA Roma y “Delirios de la razón” del ciudadano de Nueva York David La Chapelle. Aclaro su ciudad(es) de residencia mas que su nacionalidad porque el tema medular del arte en México es superar el trasnochado nacionalismo fascista que nos distancia de la cultura global y cívica que emerge en el continente. Me refiero a estos artistas como ciudadanos y hacedores  retomando el termino de Michel Onfray y de Michel de Certeau en “El arte de habitar”,  Hacedores del jardín de Epicuro y libertinos barrocos que encontramos in fraganti desterritorializando y reterritorializando al poder molar y a la autoridad moral.

Seria bueno que estudiáramos a estos creadores como PENSADORES y que en ejercicio CIVICO trazáramos mapas rediseñando el paradigma estètico contemporáneo. Veamos estas exposiciones también como espectadores pensadores y hacedores comprometidos en lo que Onfray llama la comunidad filosófica. Más allá de la reacción afectiva y casi como terapia deberìamos pensarlas y repensarlas de forma critica para evitar la atrofia mental de algunos de los miembros del directorio intelectual de la nación. Esta es mi propuesta relacional de estos tres “acontecimientos”  en el sentido neobarroco de Leibniz-Deleuze-Whitehead en  “El pliegue” de Deleuze, precisamos descubrir las nuevas maneras de plegar, desplegar y replegar, “el acontecimiento se produce en una multiplicidad caótica”…….

El largo titulo cinematográfico y espectacular de esta ponencia viene determinado por la  teatralidad de la puesta en escena de las tres exposiciones a juego con la escenografía de opera barroca de esta ciudad y el papel de actores que todos los involucrados interpretamos  desde los creadores a los espectadores. Deconstruyendo la película de Hollywood y en nuestro devenir Brad Pitt como maquinas deseantes retrocedemos en el tiempo histórico a esa época terrible de Nazis malvados y conspiraciones fascistas, de devenires monstruosos del cuerpo, de desastres naturales y diluvios bíblicos (La Chapelle) , nos introducimos en la cloaca-laberinto (Ventura) llena de ratas inmundas que hacen estallar nuestra civilización (Manuel Mathar) y en gran cataclismo el Facebook se desmorona (José JIMENEZ Ortiz) dejándonos perdidos en medio de teatrales sets emocionales…teatro sin teatro propio de “Ubu roi” de Jarry y de esquizoartistas que maman la savia de Artaud.….Pero nos quedamos con la duda de si esto esta aconteciendo en este país o tan solo en la pantalla del crisol de las apariencias, ficción o realidad. Ante las fotografías de La Chapelle también nos sentimos forever young como el Jesucristo rapero apolíneo, dionisiaco y afrodisíaco de la cultura pop, nos sentimos cómodos y a salvo de los territorios movedizos y sìsmicos de Cantos cìvicos.

  La referencia a la alta cultura con la referencia a los personajes de la novela de Robert Louis Stevenson expresa las diversas luchas de nuestra conciencia moderna en este momento de crisis y cambio de siglo, me imagino que yo ya no soy el profesor de investigaciones estéticas y juego el papel del abogado-narrador Gabriel John Utterson aun sin haber experimentado con LSD como el novelista ingles. Todo lo que voy a narrar se ciñe a la realidad y cualquier parecido de los personajes con ciudadanos de nuestra sociedad es absolutamente verídico…el simulacro baudrillaresco queda para los objetos culturales de Hollywood como el cambio de Obama o la crisis financiera. El porque de la extraña presencia del Dr Atl y el ubicuo Mr Ventura es parte de la alegoría  y el texto a clef que el lector tiene que descifrar.  Principiamos

Cito a Rubén Gutiérrez, curador-hacedor de la exposición del MUCA. “La metamoral que utilizamos nos permite la flexibilidad de deambular en ambos mundos sin tener nada que perder, de nuevo el alma muerta del paisaje simbólico nos decepciona mientras nuestros gustos se espectacularizan en un viaje decadente y perverso que nos fascina,

Yo llego como turista accidental a la ripsteniana ciudad de los milagros y me encuentro como un personaje de “Santa sangre” de Jodorowsky en la pista central de un circo provocado por la exposición de Miguel Ventura. Escándalo en las autoridades políticas y las  instituciones, emergencia de los hacedores y pensadores movilizados por este terremoto sin precedentes en la reciente historia de México donde como mucho se producen pequeños temblores  en el reducido circulo de las bellas artes, mis alumnos alterados y ofendidos con toda la razón del mundo por los libelos inmundos de una innombrable disque critica de arte en Milenio, versión periodística de Mein Kampf, y de esta guisa pasmado y enojado por esta distracción mediática de mis estudios y mis clases decido volver a hacer el recorrido por el maldecido túnel de los horrores de Mr Ventura al que repentinamente veo convertido en un ser monstruoso antisemita, homofóbico, expatriado y pronazi que haría palidecer al Dr Jekyll.

Debo precisar mi extrañeza ya que meses antes de la inauguración de Cantos Cívicos visitamos  virtualmente en una de mis clases la que yo creía era la misma exposición en el Espai d`art contemporani de Castellón, España, . La reacción del publico en una zona muy conservadora de España fue normal, sin escándalos en un  país que vivió 40 años de dictadura fascista y en proceso de normalización democrática……cual era entonces el problema en México, acaso no conocían ya la obra de Ventura que lleva muchos años trabajando en el país, cual seria el crimen cometido por este hacedor para que desde la prensa basura tan preocupada por las patéticas épicas del General de la Republica simulada hasta  el renombrado historiador oficial, la voz del MEXICO LIBERAL, lancen su maquina de la guerra a la yugular de Ventura como perros rabiosos. Primer síntoma del inicio de la guerra cultural, la via diplomática y de falsas hipocresías del mundo del arte ha fenecido.

Decido evitar reacciones viscerales como las que me agobian, y volver a ver y a pensar la instalación pero antes de empezar mi investigación sobre este crimen perfecto (Baudrillard) del arte contemporáneo debo hablar con la supuesta victima que paradójicamente no es tal. No preciso ofrecerle mi solidaridad a Mr Ventura que se defiende muy bien solito y que no esta tan divertido con lo que esta pasando como algunos críticos malpensantes creen, de todas las injurias de las que es objeto la más absurda es la que le acusa de antipatriota y de estar vendido al mercado del arte internacional cuando en los últimos seis años solo ha vendido dos obras. Este boricua nómada expatriado de una patria artificial me cuenta que en el tiempo que paso entre el fin de la exposición en España y la instalación en el MUAC, siguió como es lógico en todo creador-pensador-hacedor problematizando las ideas, pensando los nuevos espacios y desarrollando esta obra esencialmente cívica dentro de su vivencia-experiencia en México. En mesas redondas . performances y encuentros con estudiantes el da la cara a diferencia de los exquisitos grandes nombres del arte mexicano escondidos en sus torres de marfil, como situacionista se baja a la jungla de asfalto y se expone a las pulsiones urbanas.

Esa es la pista que me lleva a dilucidar el caso de Mr Ventura, nadie parece haber pensado la obra, todos se quedan en la reacción visceral que si es importante pero deber ir seguida de un pensamiento crítico autoreflexivo diría, ver la obra desempañando la nebulosa caosmotica de nuestra cultura espectacular, vivirla como acontecimiento a un nivel ético. Para una ética de la estética es el titulo del libro de Michel Maffesoli “El crisol de las apariencias” sobre la barroquizacion de nuestra cultura contemporánea, esa es la clave necesariamente en el texto de un sociólogo, la ética ciudadana en el proceso de reconstrucción democrática de México, de eso no hablan los medios ensimismados en sus caducas batallas mercadotécnicas pero cuando el apellido Azcarraga y la palabra Nazi salen a relucir se resucita la maquina de la guerra de Goebbels y la mentira y la calumnia sustituye a la crítica y al pensamiento.

Sigo la investigación en las bibliotecas, curiosamente me cuesta encontrar  el libro-reportaje de Juan Alberto Cedillo, con C, “Los nazis en México” y me encuentro en la lubitschiana situación de algún personaje de “To be or not to be” preguntándoles a libreros mexicanos: “¿tienen nazis en México”…..…sigo con mis lecturas de la historia secreta de México y reportajes de investigación de prensa verdaderamente libre y no controlada por el monopolio mediático, pero me temo que alarma del crimen  esta mucho mas cerca de nuestra realidad cotidiana,. No parece mucho pedir que a los ciudadanos mexicanos que visitan la exposición se les encaminara no al modo didáctico de la curadurías nacionales o con cartelitos ridículos,  se le informara de algunos datos curiosos de su propia historia, que fue la Unión Nacional Sinarquista, quien fue Maximino el hermano nazi de Ávila Camacho que quiso llegar a la presidencia, las raíces del PAN en la fascista Acción Francesa y la Falange española., que hacían actores como Errol Flyn y Hilda Kruger como espías en México…..no es posible pensar Cantos Cívicos desde la amnesia histórica ni desde la banalización mediática porque entonces el espectador contemporáneo se transmuta de flaneur de pasajes en el sentido benjaminiano a automaton zombie que solo ve la imponente fachada del museo sin experimentar el tortuoso y gozoso túnel que construye Ventura  para en un ejercicio de cetrería barroca oscurecer la visión y ver en la diferencia con mayor claridad.

Quien es el Dr. Atl del siglo pasado, no solo seudónimo de Gerardo Murillo el pintor de los paisajes grandiosos de la patria como Hinterland, estratégicamente ocultos en los pliegues del MUNAL, el creador-pensador que pretendía crear un circulo protofascista de intelectuales en torno suyo,…el Dr. Atl oculta muchas otras personalidades, ante mi sorpresa se desenmascaran próceres de la patria cultural mexicana :José Vasconcelos, el padre de la raza cósmica , el ilustre nombre del padre de nuestra Biblioteca nazional y nuestra Casa de estudios, creador de la revista  fascista “Timón”…les propongo releer su obra no tanto en clave de revisionismo histórico pero de estética relacional (Bourriaud), economistas e historiadores abyectos Herr Zuckermann y Herr Krauze y sus Letras que de tan libres nos llevan a la enantiodromía de un totalitarismo a la mode, autonombrado autoridad en la historia oficial de MEXICO, su endeble panfleto  contra Mr. Ventura es el mas perverso y moralizante de todos y sus previsibles textos tienen siempre un enfoque tendencioso e intolerante, Soledad Loaeza quien tras confesar que no entendió nada le contesta a Nina Menocal (ver Blog Cantos Cívicos) que lo que es “intragable” es que el artista no fuera “explicito” y como los pobrecitos mexicanos que visitan la exposición y no tienen la “educación  formal” que ella tiene van a poder entender algo,….moraleja para evitar perder su tiempo en leer diatribas y oprobios que infectan los estudios culturales y de arte en este caso, antes de escribir una critica de arte, estudiar, investigar, problematizar conceptos teóricos y ante todo pensar de forma critica desplazándonos entre disciplinas y evitar los ataques personales propios del detritus mediático.

Sigo con la filosofía del lenguaje de Wittgenstein, junto con Deleuze y Guattari en su “Antiedipo, capitalismo y esquizofrenia”, pensadores esenciales para cualquier critica de la obra de Ventura en su conjunto, adaptando sus palabras a nuestro caso, de lo que no se puede hablar mejor callar, la palabra que se va diseminando durante todo el mes y que Mr Ventura jamás pronuncia es FASCISMO, es esta la clave del caso.

En el momento indicado y por azar casi surrealista el día 26 se inauguro milagrosamente “una serie de microfascismos consecutivos y sin fin…., instalación propia de un film de ciencia ficción como el que yo estaba viviendo,….y adivinen quien aparece por las discreta y escondida sala de la Roma, según mis espías informantes, el Dr Atl transvertido pidiendo que retiraran. esa palabra fatídica que tantos trastornos estaba causando…FASCISMO.. Como estamos en el México valemadrista y anárquico que tanto admiraba Don Luis Buñuel todo siguió igual, todos hicieron lo que quisieron y “los sobrevivientes consternados y desorientados” (cito del catalogo) se fueron a esperar la próxima exposición de Joshua Okon “Bocanegra” en la que tras ocultar su origen judío consigue filmar a un grupo de nazis mexicanos en su delirante paseo dominical por el parque para horror de Mr Diego Riveraco. Prueba contundente los nazis sí están vivos y coleando en el tejido urbano de esta ciudad.

Tras la carcajada amarga  del video de Okon, el humor si desvela la triste realidad, decido volver al hit de la temporada museística “Delirios de la razón” de David La Chapelle que probablemente hubiera hecho las delicias del director de “Los olvidados”. Decido acercarme no desde la crítica política sino sociológicamente, desde su recepción en la ciudad,y sin oponerla antitéticamente a Cantos cívicos como una estrategia del poder para contrarestar los efectos nocivos que Mr Ventura ha causado a la higiene sociopolítica del pais de las maravillas... en mi devenir la Alicia de Carroll penetro los “taleaux vivant” y el trompe l`oeil rococó de este Houdini del arte contemporáneo. Entre cuerpos lubricados de referencias bíblicas y apocalípticas me encuentro a esos niños de la calle que aun viven en las cloacas de esta ciudad mirándonos con deseo, los niños son los únicos que nos devuelven la mirada en la obra  Diluvio. En línea de fuga, liberados, aparecen estos Sujetos de la otredad., raperos, travestis, club kids, náufragos de la hecatombe, cuerpos dionisiacos flotando en la burbuja gaseosa de nuestra cultura visual  que como los adolescentes confundidos bailando sus ritmos en trance en la obra de Erwin Olaf  has sobrevivido las kafkianas (“La colonia penal”) maquinas de tortura de los verdugos encerrados en el laberinto de Mr. Ventura , los nazis escatológicos, los científicos del laboratorio del Dr. Jekyll, las autoridades judiciales que acompañaron al Dr. Schreber antes de su devenir neurópata y esquizo-artista y las minúsculas autoridades de los microfascismos cotidianos.

Para concluir una nota personal, en las tres exposiciones me reí, me divertí, Salí ilusionado y esperanzado de que el tejido cultural de este país se esta regenerando y que el cerrado circulo vicioso del arte ya se ha agrietado y estamos a la espera del big Bang saduyano, goce entre en el devenir maquina deseante de los cuerpos de La Chapelle y de cómo  los jóvenes lideran esta microrevolución….me quedo con lo que me dijo una muchacha  guía de Cantos Cívicos , el estar en este espacio durante meses me ha cambiado la percepción de lo bonito y lo feo. Siguiendo a Heidegger, marginado por su vivencia en el nazismo, y a Sloterdijk, acusado de antisemita por su obra “Normas para el parque humano”, el dasein hoy para nuestra existencia nómada es como es estas estéticas emergentes barroquizantes un ser para estar, instalarse y gozar el presenteismo, el instante eterno, el juego de plegar y desplegar los pliegues del alma y de los espacios que habitamos, pensar los espacios y pensar los textos marcados por las huellas de nuestra deriva psicogeografica como paseantes de este pasaje donde ya se divisa el fondo.

marzo 26, 2009

EXCELSIOR. Patricia Cordero

El artista reconoció que sólo la UNAM podía exhibir su controvertida obra

Miedo mueve críticas a Cantos cívicos: Ventura

El miedo ha sido el motor de las reacciones provocadas por la instalación Cantos cívicos, afirma el autor de la misma, el artista Miguel Ventura.

La iconografía contenida en esta obra, entre referencias al fascismo y al nazismo, así como las imágenes de personajes de la alta sociedad mexicana, ha levantado comentarios de numerosos intelectuales, como Enrique Krauze, Jesús Silva Herzog-Márquez y Leo Zuckermann, entre otros.

Ventura participó en una mesa redonda para analizar la pieza, junto con curadores y críticos como Lourdes Morales y Cuauhtémoc Medina, realizada la tarde del miércoles en el Museo Universitario Arte Contemporáneo (MUAC) del Centro Cultural Universitario.

Es en este espacio donde se montó la instalación desde noviembre pasado, cuando se inauguró el recinto.

La instalación es una suerte de laberinto al interior de una crisálida, donde hay un bioterio con cuarenta ratas, entrenadas para poner en acción unos sensores que activan canciones, a manera de una rockola.

Sin embargo, el artista recordó irónicamente el sinfín de aventuras y desventuras que tuvo que sufrir antes de que se abriera al público.

Ventura señala que la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), de la cual depende el MUAC, tuvo cierto recelo y miedo al momento de planear la instalación.

“Fue curioso que la institución no supiera bien de qué trataba la pieza. No hubo interés de la institución para ir a España a ver la exposición”, comentó.

Además, dijo que la obra estuvo por cancelarse y que un comité académico acudió a su taller para conocer el trabajo, en un acto que calificó de anacrónico y humillante, pero del que “aún no he recibido un dictamen”.

Graciela de la Torre, directora del MUAC, tomó la palabra al finalizar la intervención de Ventura y respondió que todas las exposiciones contenidas en el recinto fueron revisadas por un grupo de académicos.

“La institución no toma decisiones unipersonales, son decisiones colegiadas y no fue para censurar, sino porque así son los procesos de la universidad”.

Ventura reconoció que esta instalación no habría podido presentarse en otro país ni de Europa ni de Estados Unidos, ya que la vez anterior en que estuvo abierta al público fue en una provincia de España.

Agradeció que, a pesar de todos los contratiempos, se pudiera presentar en el MUAC.

Pero, lamentó que exista falta de comunicación entre la institución y el artista, y que no hayan apoyado totalmente al creador ante las feroces críticas de los intelectuales. “La institución se ha visto insegura y titubeante y lamentó que no se haya dado un diálogo entre el museo y yo. La solución es no tratar con él (artista)”, dijo.

http://www.exonline.com.mx/diario/noticia/comunidad/expresiones/miedo_mueve_criticas_a_cantos_civicos:_ventura/550766

marzo 25, 2009

Miguel Ventura

El proceso

Antes que nada, quisiera expresar mi agradecimiento al MUAC y a la UNAM por hacer posible esta exposición. Para nada ha sido facil realizarla y darle seguimiento. 

Quiero hablarles hoy del proceso de trabajo, negociación y recepción de Cantos Cívicos. Este proceso se ha caracterizado por una violencia y una agresión que nunca he vivido en ninguna otra exhibición de mi trabajo.  La primera en el Museo de Arte Moderno  de esta ciudad hace 30 años fue censurada a causa de los textos de los dibujos. Yo no protesté y la obra quedó censurada.

Pero esta vez, he sido atacado por negar el holocausto y ser pro nazi y pedófilo (coctelito que no deja de asombrarme).  Por cierto la siguiente frase de Avelina Lesper me gusta mucho: “Invito al público inteligente a que hagamos una instalación y denunciemos esta dictadura (de ciertos artistas y críticos), pongamos a Demian Hirst, los YBA, (?) Sierra, Orozco, etc. y a los speech makers en formol, y luego la subastamos.” Para alguien que me acusa de ser nazi, la frase parece escrita por un nazi.  

Para entender este fenómeno importa retroceder y ver cómo las instituciones y sus actitudes, en este caso el pre-muac, reflejan también ciertas actitudes de la sociedad en que vivimos. En cierta forma, las críticas a Cantos Cívicos son un eco de las críticas a la obra que tuvo la institución-el pre-muac-antes de su inauguración.  Las primeras muestras de un quiebre entre la institucion y el artista se dieron a partir de mi uso de ciertas imágenes de las secciones de sociales del periódico Reforma y de algunas imágenes sexuales muy explícitas. El año pasado, el desarrollo de la exposición fue abruptamente detenido y hasta temí que se cancelara del todo, a causa del recelo de la institución por el uso de estas imágenes como si la apropiación de imágenes de los medios informativos fuera una practica nueva entre artistas. Hubo por parte de la institución la siguiente objeción: que mi uso de estas imágenes que forman parte de la recontextualización de Cantos Cívicos en su versión mexicana, no eran parte de Cantos Cívicos como primero se presentó en España. Según eso, Cantos Cívicos debería ser una obra tan estática como un óleo de Rembrandt o una miniatura de Luis Lagarto. Pero ¿qué persona del museo vio la muestra en España (a excepción de un técnico)?  La respuesta es: nadie, porque no hubo de parte de la institución ningún interés en mandar a un curador a ver esa exposición. A mi se me hizo sumamente extraño (e interesante) que la institución no mostrara deseos de enterarse bien de qué trataba esta muestra, especialmente cuando se trataba de la pieza con la que iban a inaugurar su nuevo museo. Hasta el día de hoy sigo pensando que presentar esta obra es inconcebible en cualquier ciudad grande de Europa o de los Estados Unidos; se presentó en España y en una ciudad de provincia, pero ni la conciencia civica ni las nociones del status quo impidieron su realización.  Para continuar con mi historia, entre argumentos pueriles sobre si la recontextualización de la obra era legítima o no, la dirección del museo decidió organizar una visita del comité académico a mi estudio. En toda mi experiencia como artista nunca he vivido una experiencia así, humillante, anacrónica y caracterizada por un afán academico decimonónico –tipo saltapatrás- de llevar a intelectuales academicos respetables a un estudio para que juzgaran el trabajo de un artista. Por cierto, hasta el día de hoy no he recibido un dictamen del comité académico acerca de esa visita a mi estudio. Este recelo, más propio de colegialas de una escuela de monjas, provocó un pequeño pero significativo episodio psicótico institucional que influyó para que yo tomara ciertas decisiones museográficas como por ejemplo aislar la parte pornógrafica ofensiva en un estrecho pasillo donde supuestamente no entrarian niños. Despues de tanto teatro histérico a la Charcot, la institución se dio cuenta de que imponer una censura o presionar al artista a una auto-censura de su trabajo no conducía a nada. Tanto el curador Juan de Nieves como yo, habíamos considerado que si la institución persistía en sus intentos por modificar o cancelar la obra, el asunto debía de ser llevado a un debate internacional. Frente a esta situación, el 13 de septiembre del 2008 se me informó que el proyecto Cantos Cívicos tenía luz verde. Sin embargo, la institución aún estaba muy recelosa por el uso de estas imágenes, y al llegar a México el curador Juan de Nieves, fue recibido en un despacho de abogados para hablar de las repercusiones legales que podría tener el uso de estas imágenes. Aquí vale la pena hacer hincapié en la función del curador como negociador indispensable entre el artista y la institución, Sin esta labor negociadora de Juan de Nieves, esta exposición no se habría llevado a cabo. Despues de serias deliberaciones, se decidió que la solución sería un contrato en que el artista se hiciera responsable de las repercusiones de su trabajo. Pero ¿puede un artista hacerse responsable de todas las repercusiones de su trabajo cuando es expuesto en una institución como el MUAC? Me imagino que la dirección pensaba nada más en las repercusiones legales por demandas que pudieran surgir por el uso ‘ilegal’ de estas imágenes.  Por otro lado, se me hizo interesante que al preguntarle a la dirección si el uso de la suástica  sería razón de embarazo para la institución, la respuesta fue no, porque la suastica era cosa del pasado y no representaba ningún problema.  Lo curioso es que la suastica  ha dado de qué hablar,  y mucho, mientras que los personajes ricos de las páginas de sociales no se han quejado.  La única persona que hizo alguna mención de hablar con un rabino de esta ciudad fue Olivier Debroise pero Olivier, primero se distanció del proyecto y después murió.

¿Y por qué estoy contando todo esto ahora y no hace 4 meses cuando se inauguró la muestra? En vista de las reacciones desatadas  por Cantos Cívicos, es importante hablar de ese episodio psicótico provocado por miedo de la institución a mostrar esta pieza, ya fuera por el uso de las imágenes de prominentes ciudadanos de las páginas de sociales (que en verdad es una parte mínima de la muestra), el uso de las imágenes sexuales o la suástica, (parece que lo más molesta es la unión de dólar y suástica), porque se hizo palpable por parte de la dirección de la institución un titubeo, en cómo afrontar estas críticas desde antes de la inauguración. Por otro lado, es lamentable que hasta el día de hoy no haya habido una verdadera comunicación entre la institución y el artista. El artista se hace una presencia incómoda y la solución es simplemente no tratar con él. Para decirlo en frase vulgar, el artista viene a ser un pedo en cuarto encerrado.  La institución hace todo lo posible para protegerse de las críticas. Buen síntoma de este malestar es la cantidad de letreros que brotaron espontáneamente como hongos en el bosque, en la boca del túnel que sirve de entrada a la muestra.  En cierto momento puse yo este letrero: “El artista no está de acuerdo con las advertencias del museo”, pero desapareció y entonces volví a ponerlo, mal hecho, encima del letrero ‘oficial’ Varias semanas después desaprecieron esos rótulos.

El miedo ha sido el motor principal de muchas de las reacciones que ha provocado Cantos Cívicos en México, país que se resiste a los cambios y revisiones.  Como dice Viviana Corcuera entrevistada en la revista Hola-para aquellos que no están enterados-(pobrecitos), Viviana Corcuera es una socialité mexicana que aparece en todas las revistas de sociales de esta ciudad): “Los cambios no son necesarios para mantener la actualidad.”  Y la triste actualidad de la sociedad en este país es que no busca cambios. Quizás por eso es tan cómodo aferrarse a los cánones de lo politicamente correcto a nivel internacional sobre temas como el holocausto, el uso de ciertos símbolos y la perduración de ciertos tabués que resultan cómodos para no hablar de problemas más serios en este país como el racismo dentro de un modelo social colonial que se ha adaptado bien a las usanzas neoliberales del momento.

Por otro lado, si he querido presentar en la muestra todos estos testimonios en forma de álbumes de fotos de soldados nazis, retratos y pinturas, manuales de primaria, etc. es porque importa ver algo de los componentes de la estructura política social educativa del nazismo. Para estudiar el nazismo es preciso hacerlo visible, y esto no es exaltación, sino sólo quitarle el tabú impuesto de parte de ciertos grupos que han querido reducir el nazismo al Holocausto y apropriarse del fenomeno. Ver estos otros aspectos del nazismo no es restarle importancia al Holocausto sino entender por que sucedió. El haber incluido fotos del Holocausto en la muestra (cosa que nunca se me ocurrió porque no venía al caso) hubiera convertido a Cantos Cívicos en un “potaje” (citando a Leo Zuckerman), más grotesco de lo que es. Y en cuanto al signo de dólar y suástica, es importante llamar la atención sobre el peligro que corren nuestras tan amadas democracias y lo fácil que es caer en algún tipo de fascismo, que no será el mismo de hace 60 años, sino que tendrá nuevos símbolos y nuevos odios. Además de las incontables muertes de iraquíes, uno de los puntos culminantes de la entrada de las tropas norteamericas a Iraq hace ya 6 años en su supuesto intento de democratizar al país productor de petróleo mas importante del mundo, fue el saqueo del Museo de Arte Antiguo de Bagdad y la destrucción de la Biblioteca nacional. Imaginemos en este pais una revolución o invasion en la que se saqueara este centro cultural universitario mientras los invasores o gobernantes corruptos observan impávidos la destrucción del legado cultural del país. ¿Quienes serían los saqueadores? Masas incontrolables de la raza de bronce de la periferia de la ciudad, ejercitos de narcotraficantes y comerciantes que andan entre las ruinas buscando libros y otros objetos que puedan vender, ya no los yaquis feroces que acompañaron al general Obregón en su entrada a la Ciudad de México en 1914?  Por otro lado, uno de los fenómenos más ilustrativos ha sido el florecimiento del mercado del arte en forma de incontables ferias de arte en todo el mundo desde que fueron derribadas las torres gemelas y la guerra anti- terrorista emprendida por los norteamericanos. Preguntémonos, ¿qué relación tiene el mundo del arte con la industria de armamentos y guerra en nuestra sociedad?  El mundo del arte y la industria de guerra son corrientes paralelas que han ido nutriendose mutuamente 

Los cambios sociales y políticos sí tienen que darse empezando por las instituciones culturales como el MUAC. Desde el momento que supe que iba a exponer esta pieza en el Muac sentí una libertad enorme de poder hacer lo que quería, porque se trataba de hacerlo en la UNAM, y mi proyecto no tenía cabida en ninguna galería comercial ni aquí ni fuera de México. Y por eso es importante hablar de lo que estoy hablando y hacer transparente un proceso largo y nada facil. Las reacciones hacia una obra como Cantos Cívicos empezaron a darse desde la institución mucho antes de la inauguración, y esa reacción ha afectado la recepción de la muestra por parte del público. La institución se ha mostrado insegura y titubeante, y lamento que no se haya dado un diálogo entre el museo y yo para enfrentar juntos estas reacciones. ¿Será que el museo cree, según los canónes modernistas, que puede seguir siendo un receptáculo neutro y puro para expresiones debidamente neutras y puras en una sociedad que en este momento está en medio de una auténtica guerra civil?   

marzo 23, 2009

Ari Volovich

Cantos cívicos

La instalación-exposición Cantos cívicos abrió sus puertas al público por primera vez en el EACC (Espai d’Art Contemporani de Castelló) de Valencia, gracias al trabajo en conjunto entre Miguel Ventura y el curador español Juan de Nieves. El NILC (El Nuevo Consejo Interterritorial de Lenguas, por sus siglas en inglés) retomó esta obra producida por Ventura (entre 1992 y 2002) para coordinar una exposición interdisciplinaria que involucra a las Facultades de Psicología, Veterinaria y Zootecnia, además de los coros de la Escuela Nacional de Música de la UNAM; ahora se puede apreciar esta instalación en el Museo Universitario Arte Contemporáneo (MUAC).

Inmediatamente al atravesar el estrecho túnel que nos guía hacia la instalación —visto desde arriba se entiende que el túnel es la cola de una rata gigante que encapsula la exposición—, uno tiene la sensación de estar atrapado dentro del celofán de un caramelo altamente tóxico. Y es que Cantos cívicos es un “barroco de lego” que magnifica y expone la cualidad empalagosa inherente a las propagandas ideológicas, hasta llevarnos al borde de la náusea. La selección de música es dolorosamente certera; funciona como una pala que remueve esta golosina compuesta de delirios puntiagudos para darle un cuerpo sólido y espeso a esta pieza. La exposición cuenta con versiones de coros infantiles y adultos de un repertorio de canciones que van desde cánticos nazis hasta piezas de pop como No controles y Live is life. Los arreglos de Alejandra Hernández se mezclan con sirenas esporádicas que anuncian un peligro histórico que se registra en nuestra piel como un escalofrío puntual. Las pupilas de los visitantes son inyectadas de grandes dosis de colores penetrantes —predominan los amarillos y rojos— que tapizan las paredes; ya sea en forma de suásticas de hule coloridas, de marcos sicodélicos que contienen los rostros de oficiales nazis y una sección entera dedicada al culto del cuerpo masculino y que parece insinuar una profunda relación entre la propaganda nazi y el homoerotismo. Cualquiera que haya leído las novelas gráficas de Art Spiegelman piensa de manera automática en Maus al observar el evidente protagonismo de las ratas y su interacción con la simbología nazi. Aunque aquí, lejos de funcionar como una herramienta para marcar una distinción étnica, parece que las ratas de Ventura encarnan y representan la ideología nacional-socialista para evidenciarla como una epidemia. En uno de los cuadros podemos ver a una rata extendiendo una hostia en forma de suástica ante las bocas abiertas de un oficial nazi y un puñado de niños vestidos de ropa tradicional alemana. “La mise-en-scène de la exposición se convierte en un museo-escenografía abigarrado de objetos, y otra parte que es un laberinto para los visitantes”, explica Ventura. “Cuando estaba haciendo la pieza pensaba como si fuera un refugio de unos seres proto-nazis que han sobrevivido hasta nuestros días”.

Pero bueno, en realidad este texto no pretende convertirse en una reseña de tres planas, sino hacer mención de la gran polémica que ha desatado Cantos cívicos. Las reacciones en contra de la obra de Miguel Ventura y el NILC tienen más que ver con los elementos que no están dentro de ésta. “Quedé impresionado con el bajo nivel analítico; con estas lecturas tan reducidas que se dirigían nada más que a un fragmento sin poder ver el panorama general”, cuenta Ventura de la larga lista de críticas y denuncias que ha provocado su obra. “Desde el comienzo hay un video de un nazi que está cantando una canción mientras se va convirtiendo en rata. Si eso no es un indicio suficiente del tono de la pieza, entonces ¿cómo explicar que esto se trata de una farsa?”, añade M.V.

En su crítica a esta obra, Enrique Krauze señala que “el caos de imágenes y conceptos que acumula se resuelve en un error ético-político verdaderamente grave. Cabe resumirlo en tres argumentos. Hablar de ‘totalitarismo’ en el mundo moderno sin hacer la menor referencia al totalitarismo comunista es no hablar de totalitarismo. O peor aún, es encubrir al totalitarismo de izquierda. El comunismo en su vertiente soviética y china dejó una estela de terror, hambre y muerte apenas comparable con la del régimen nazi en la Segunda Guerra Mundial. Sólo en el caso de Stalin y Mao (por no mencionar los crímenes de Kim Il Sung y Pol Pot) se trata de decenas de millones de muertos (perfectamente documentados) como resultado de hambrunas, deportaciones, persecuciones, confinamientos, ejecuciones y actos de abierto exterminio. Una crítica del nazismo que no hace referencia al Holocausto no es una crítica al nazismo: es, por lo menos, un ocultamiento del nazismo”.

Las palabras de Enrique Krauze serían muy pertinentes si nuestro objeto de crítica fuera un ensayo cuyo propósito es el de cumplir con una revisión minuciosa de la política y la historia; pero sus apuntes carecen completamente de sentido si tomamos en cuenta que lo que tenemos en frente es una obra de arte. Krauze critica algo que nunca tenía por qué estar allí. El hecho de que Ventura haya decidido excluir el Holocausto, los crímenes de Kim II Sung y Stalin, por mencionar a un puñado, no lo convierte en un apologista del nazismo. Uno puede cuestionar la violencia, las posibles tendencias caníbales o el mal temperamento de los hutus sin hacer mención del sufrimiento de los tutsis y del genocidio en Ruanda y nadie lo va a acusar de ser anti-tutsiano. El arte, por definición, busca cumplir con un punto de vista singular y no complacer las inquietudes políticamente correctas de unos cuantos. Se puede diferir con la elección estética de Miguel Ventura, pero no se le debe de exigir un discurso ético-político que concuerde con el propio. Krauze construyó una breve teoría de conspiración basándose en lo que para él fueron omisiones malintencionadas por parte del artista, por decirlo de alguna forma. The truth is in the eye of the beholder: su humilde narrador no vio más que una muestra clara del absurdo y los peligros que se esconden detrás de las ideologías (sean las que sean).  

“También hay un bioterio con 80 ratas blancas y un sinfín de aves y roedores disecados. Aparecen textos de José Vasconcelos apoyando al nacional-socialismo e imágenes de soldados estadunidenses no tan joviales como los nazis”, escribe Leo Zuckerman en Excélsior. “Otros ingredientes del potaje son fotos de millonarios (entre ellos algunos judíos), de socialités mexicanos y del ex presidente Carlos Salinas, el hijo de éste, el embajador estadunidense Tony Garza y la esposa. No faltan retratos de cadáveres destrozados, vaginas muy abiertas, falos enormes y pedazos de excremento. Hay cuernos de venados y una colección impresionante de muñequitos tiroleses encapsulados […] A mí esta exhibición me pareció un conjunto de varias cosas inútiles mezcladas y confusas. Una galería de lugares comunes de la izquierda más ramplona que ve al capitalismo igual que al nazismo. Una exhibición descontextualizada de la realidad. En suma, me van a perdonar los lectores, un verdadero pedazo de mierda como los ahí exhibidos”, concluye Zuckerman.

¿“Una exhibición descontextualizada de la realidad”? ¿En qué momento el arte se convirtió en una rama del periodismo? Las declaraciones de Zuckerman parecen condenarnos exclusivamente a exposiciones que muestren un “hiperrealismo equilibrado”. Enrique Krauze al menos intenta cultivar algunas ideas (eso sí, de una manera muy forzada); lo de Zuckerman es un cúmulo de sobresaltos; aunque habría que decirlo: ambos coinciden en su nulo sentido de humor.  

“Los críticos no ven Cantos cívicos como una obra de arte, 
sino como una tesis histórica desde un punto de vista histórico 
muy literal y acartonado. No han dejado de aconsejarme acerca de 
cómo debería de ser la exposición; como por ejemplo, me han pedido 
mostrar escenas del Holocausto, y como no lo hago, para ellos esto 
significa que yo niego la existencia del Holocausto. Sus lecturas 
son visiones canónicas de nuestros tiempos de dilemas éticos y 
morales pero que no cuestionan el status quo como pretende hacerlo 
Cantos cívicos: desde la esquizofrenia”, concluye Ventura.
 

LA CRÓNICA DE HOY. Ciro Murayama

http://cronica.com.mx/notaOpinion.php?id_nota=421478

 
Opinión de
Expediente político (Ciro Murayama | )

Un brindis y dos lamentos

Ciro Murayama | Opinión
Viernes 20 de Marzo, 2009 | Hora de modificación: 00:35

1. Brindis.

El triunfo del Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional (FMLN) en las elecciones en El Salvador, es una de esas noticias que muestran que, en ocasiones, la historia puede tener desenlaces venturosos. La pacífica victoria en las urnas de Mauricio Funes, periodista, postulado por un partido político surgido de la guerrilla, frente al conservador partido ARENA, vinculado con sectores responsables de abusos militares y graves violaciones a los derechos humanos, era impensable hace apenas unos años. Para quienes se refieren con desprecio a “la democracia electoral” (¿hay o puede haber de otra en las complejas sociedades contemporáneas?), lo ocurrido en El Salvador demuestra la importancia de que existan cauces institucionales, abiertos, civilizados, para procesar las diferencias políticas y dirimir la llegada y la salida del poder político por parte de los distintos actores, cancelando o alejando la violencia y sus dolorosas secuelas.

La alternancia, como prueba del ácido de un sistema democrático, que ahora ocurre en El Salvador, no borra la cruenta guerra civil que en los años ochenta dejó tras de sí 75 mil muertos, pero precisamente por ello da al país un horizonte distinto, donde la violencia puede ser conjurada por la política, por el reconocimiento del “otro” y su derecho a existir. Ese parece ser el talante del candidato ganador, cuando refiere que encabezará un cambio pacífico y cuando identifica su proyecto con el de Lula da Silva, con sus importantes programas sociales y su manejo responsable de la economía, y no con Hugo Chávez como siempre alertó la derecha salvadoreña.

Sin duda, el nuevo gobierno enfrentará arduos desafíos, que con la crisis económica no harán sino crecer. De los ocho millones de salvadoreños, dos millones y medio viven en Estados Unidos y sus remesas representaron el 17% del ingreso en 2008, se ven menguadas por la recesión. El Salvador es un territorio de pobreza extrema extendida y riqueza concentrada: el 0.3% de la población tiene el 37% del ingreso nacional. Pero sobre esa frágil estructura social, que la política ofrezca opciones de cambio y alternativas reales es una señal que conviene apreciar y valorar en su justa dimensión.

2. Lamento A. Lamentable la decisión del Consejo General del IFE el viernes 13 de marzo, cuando a través de una decisión dividida de cinco a tres consejeros electorales, decidió que no había violación a la norma electoral en la conducta de Televisa el 31 de enero y el primero de febrero. Aquel fin de semana, cuando dio inicio el llamado periodo de precampañas, los anuncios de los partidos políticos y de la propia autoridad electoral se presentaron, como se recordará, antecedidos por una cortinilla que sin mandato alguno introdujo la televisora, interrumpiendo eventos deportivos en vez de programarse en los intermedios junto a los espacios destinados a publicidad, y los spots se agruparon en bloques de tres minutos en vez de presentarse aislados como es habitual.

Para la mayoría de los consejeros, esa conducta no implicó manipulación alguna a las pautas presentadas por el IFE y, ergo, la televisora cumplió la ley a pie juntillas. Según los consejeros, a lo largo de las campañas por venir, será válido que antes de cada anuncio de un partido o del IFE, la televisora introduzca una cortinilla predisponiendo a la audiencia frente a los mensajes que corresponden al Estado; también podrá insertarlos en pleno partido de futbol para causar la indignación del respetable, así como agruparlos en bloques de hasta seis minutos —tres al final de una hora, tres al principio de la siguiente—. Esas conductas, que no irían sino a romper el sentido de la transmisión de anuncios de los partidos que la Constitución y la ley prevén, tendrían el aval de esa mayoría de consejeros. 

Una vez más, una impugnación a tal resolución del IFE, y una sentencia del Tribunal Electoral dando cordura a la actuación de la autoridad administrativa, podrían enmendar el desaguisado.

3. Lamento B. El gran acierto arquitectónico y como proyecto cultural que representa el Museo Universitario de Arte Contemporáneo (MUAC), se ven empañados sin sentido por la inclusión, en la exposición inaugural del museo, de la ¿obra? “Cantos cívicos”, del ¿creador? Miguel Ventura. En tal instalación se ofrece la reproducción de un conjunto de letras de cantos cívicos nazis, fotografías de Hitler, oficiales del ejército y soldados del nacionalsocialismo alemán, así como reproducciones de textos con apologías al nazismo y al mismo Hitler (buena parte auspiciados por el viejo José Vasconcelos, como se sabe, admirador del nazismo en su senectud). Todo ello rodeado de suásticas y signos de dinero, como si el problema del nazismo hubiese sido el afán de lucro o la avaricia. Pero nada, ni una imagen ni una palabra del Holocausto ni de los crímenes nazis.

Las protestas que tal instalación generó, dieron lugar a que en el suelo, a la entrada a la misma, se pusiera una leyenda explicando que la intención no es exaltar al nazismo sino criticarlo. ¿De cuándo acá una obra de arte necesita explicación para no confundir?

Hagamos un ejercicio de imaginación para identificar el sinsentido de la instalación comentada. Qué diríamos si nos encontrásemos en un museo universitario una instalación con fotos de Pinochet o Videla, y de sus oficiales que formaron parte de los Escuadrones de la muerte. Imágenes de ellos en días de campo, con sus familias, felices, y textos de revistas de la ultraderecha exaltando su valor para poner fin a la plaga del comunismo en América Latina. Y, claro, sin hacer una sola referencia a los detenidos ilegalmente, a los desaparecidos, a los torturados, a los niños arrancados a sus padres y regalados a familias leales a las dictaduras. Sería ¿sólo arte?

Por favor, una universidad como la UNAM, que alberga el memorial del 68, precisamente para no olvidar, no puede dar cobijo a apologetas de Hitler —así lo sean por imperdonable ignorancia o por maldad supina.

ciromurayama@yahoo.com

REFORMA. Dora Luz Haw

marzo 22, 2009

SOPA EDITORIAL

http://sopaeditorial.blogspot.com/2009/03/cantos-civicos.html
Cantos Cívicos

Mar182009

“El nazismo, para él, era una simple reacción contra la filosofía académica, una pose con la que trataba siempre de impresionar a sus amigos para agarrarles luego por la nariz con exaltación exclamando:

-¡Ajá! Te he pillado de sorpresa.”

Eso escribió Woody Allen sobre Sandor Needlelman y algo muy parecido se podría decir sobre Miguel Ventura y su instalación Cantos Cívicos que presenta el Museo Universitario Arte Contemporáneo de la UNAM.

86 ratas, la suástica nazi, animales disecados, fotografías de soldados nazis, marines estadounidenses, políticos mexicanos al lado de Hitler y del mismo Ventura con uniforme nazi, fotografías homosexuales y Vasconcelos desde la revista Timón llamando a Hitler la escoba de Dios y recordando el pasado muy ligado de nuestro país con la ideología nazi, es algo de lo mucho que conforma la instalación que consiste en un laberinto en forma de rata y al cual hay que entrar como dicho animal. 

El exceso de simbología nazi, suásticas y fotos de soldados arios, podría hacer pensar que la obra de Ventura exalta al nazismo pero es justo aquí en donde al igual que Needleman, Ventura impresiona y nos agarra por la nariz para exclamar con exaltación:

-¡Ajá! Te he pillado de sorpresa.

Toda la referencia que Ventura hace de los nazis, las fotos de los soldados, las familias y los niños nazis felices y sonrientes en ningún momento son una muestra de que el artista este a favor de esta ideóloga, si no que nos enseña algo que muy pocas veces se nos muestra, me refiero a la normalidad, el cinismo, la alegría, la ignorancia, en la que el gobierno Nazi, tenia viviendo a su pueblo.

Algunas de las fotos muestran a familias alemanas ajenas a los hechos que ocurrían en los campos de concentración, familias enajenadas incapaces de ver lo que en verdad estaba pasando. 

Ventura hace uso de las fotos de nazis para mostrarnos la normalidad con la que esta gente podía vivir después de haber matado, la sonrisa de los soldados y su alegría a manera de simulación ante sus actos de crueldad.

Con sus Cantos Cívicos ventura propone una nueva forma de ver el nazismo, al ver esta instalación el nazismo ya no es una ideología únicamente con el rostro, nombre de Hitler y nacionalidad alemana, Ventura le da otros rostros, la humaniza, nos recuerda que los que llevaron a la praxis esta forma de pensamiento fueron personas igual que nosotros. Una forma de enseñarnos de lo que es capaz el humano y de mirarnos a un espejo con nuestras actitudes racistas, que si bien no llegan a tanto… por algo se empieza…

Pero ventura no sólo muestra la realidad y simulación alemana, sino que también la de nuestro país que estuvo muy ligado a la Alemania nazi, en el cual esta forma de pensar tuvo aceptación en representantes de la cultura y la política que sentían simpatía por Hitler y su visión. Ventura enseña a un México que tuvo más participación en la guerra que el Escuadrón 201.

Cantos Cívicos lleva la idea del totalitarismo y fascismo más allá de la Alemania nazi, soldados norteamericanos y la guerra en Irak, la suástica que se convierte en dólar, hacen recordar a Charly García cantar …”Y aun que cambiemos de color las trincheras y aun que cambiemos de lugar las banderas…”