Excelsior, 14 de febrero, 2009
Yo asumo toda la responsabilidad”: Graciela de la Torre
Luis Carlos Sánchez
Graciela de la Torre, directora de Artes Visuales de la UNAM, afronta las consecuencias de la polémica piezaCantos cívicos
Cantos cívicos del artista mexicano Miguel Ventura, “es una pieza procesal, no es una narración, ni una pieza nazi, es una instalación artística”, afirmó Graciela de la Torre, directora de Artes Visuales de la UNAM, cuando se le cuestiona sobre la polémica que ha suscitado la instalación, diseñada para inaugurar el Museo Universitario de Arte Contemporáneo (MUAC).
La funcionaria aseguró que las críticas que han realizado al trabajo de Ventura las plumas de articulistas como Leo Zuckermann, Enrique Krauze y Soledad Loaeza, parten de una errónea interpretación, y que lo que se exhibe, “es la tónica que maneja el artista. Él no lo está utilizando para hacer un discurso social, ni una pieza nazi, es una instalación artística”.
De cualquier forma, la también directora del MUAC asumió la responsabilidad de la obra y de las voces que se han visto ofendidos con la instalación. “Yo me hago responsable de esa pieza, yo Graciela de la Torre, me hago responsable, yo soy la directora de esta institución, soy una gente con una trayectoria que nunca se ha pensado que pueda estar molestando a otras personas por su origen, por su raza, por su condición social, no, nunca lo haría yo, jamás utilizaría el arte para tratar de denostar o difamar”.
Con la apertura del MUAC, en diciembre pasado, se anunció el montaje de Cantos cívicos, una compleja instalación compuesta de pasillos y laberintos que se encuentran decorados con cientos de pequeñas suásticas de plástico de colores y donde el visitante puede ver a través del cristal de un bioterio con ratas vivas.
Una de las paredes del lugar fue tapizada por Ventura con fotografías de generales nazis, entre los que se encuentra Adolfo Hitler, así como diversos objetos de la época, entre carteles, muñecos tiroleses encapsulados o pinturas de personajes nazis. En las entradas, se advierte que las imágenes pueden herir susceptibilidades y que no se trata de una apología, sino de una crítica a la ideología del nazismo.
El ambiente, se completa con el sonido de cantos alemanes utilizados por el Partido Nacionalsocialista y hay también secciones en las que se muestran fotografías sexuales y tazones con excremento, todo en referencia al llamado NILC (abreviación de New Interterritorial Language Comité), un código concebido por Ventura como alegoría social, a partir de ejemplos históricos como el nazismo y la dictadura franquista en España.
Una de las secciones más polémicas, es la que señaló el analista Leo Zuckermann en su columna Juegos de poder (Excélsior 13/01/2009) donde señala que se exhiben “fotos de millonarios (entre ellos algunos judíos), de socialités mexicanos y del ex presidente Carlos Salinas, el hijo de éste, el embajador estadunidense Tony Garza y la esposa”. La indignación llega cuando afirma “O sea que Hitler es lo mismo que Salinas y la SS que el Banco Mundial. Se trata, por supuesto, de una infantil simplificación”.
Otra de las voces que se ha manifestado fue la de Enrique Krauze, quien señaló en el artículo Cantos nazis, publicado en el diario Reforma, que el trabajo de Ventura, “Por su fascinación con la estética del nazismo y su rechazo a incorporar el tema del Holocausto, la intención paródica de Ventura no produce una denuncia sino una trivialización”.
De la Torre acepta que algunos grupos “se sienten aludidos, pero esta es una pieza de arte, yo me hago responsable, nunca lo haría, soy una gente profesional, no soy una persona improvisada y este museo es un ejemplo de museo. La Universidad nunca va a censurar, posiblemente no estemos de acuerdo con las ideas de un artista, pero le apostamos a la libertad y a la inteligencia”.
La funcionaria también negó que representantes de la comunidad judía en México hayan solicitado una cita con el rector de la UNAM para exigir el retiro de la misma.
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